El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, acusó a Rusia de atacar la central nuclear de Zaporiyia, al suroriente del país, y pidió sanciones para la industria atómica rusa.
"Quien crea una amenaza nuclear para otros países no está en condiciones de usar la tecnología nuclear de forma responsable", dijo el mandatario durante una alocución difundida a través de un video, quien además pidió a Rusia asumir la responsabilidad del ataque que calificó de "acto terrorista".
"Hoy los invasores crearon una situación peligrosa para toda Europa. Atacaron dos veces la central nuclear de Zaporiyia. Cada bombardeo de la planta es un crimen descarado, un acto terrorista", dijo Zelenski.
Según la empresa estatal ucraniana Energoatom, la noche del viernes se registraron dos ataques a la central nuclear, y señalaron que no hubo liberación de radiactividad y actualmente sólo dos de los seis reactores están activos.
El Ministerio de Exteriores ucraniano señaló que, en caso de que un ataque afectase a un reactor en funcionamiento, las consecuencias serían similares a las del estallido de una bomba atómica.
El lado ruso, por su parte, acusó a Ucrania de ser responsable del ataque y ha pedido que éste sea condenado por las organizaciones internacionales.
ORGANISMOS INTERNACIONALES EN ALERTA
Zaporiyia, la mayor planta nuclear de Europa, está bajo control de las tropas rusas desde marzo, situación que ha sido alertada repetidamente el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), cuyos expertos no tienen acceso al lugar.
El director general del OIEA, el argentino Rafael Grossi, expresó que "estoy extremadamente preocupado por el bombardeo de ayer en la planta de energía nuclear más grande de Europa, que subraya el riesgo muy real de un desastre nuclear que podría amenazar la salud pública y el medio ambiente en Ucrania y más allá".
Grossi recordó que, según las autoridades ucranianas, no hubo daños en los propios reactores ni emisiones radiológicas, pero sí desperfectos en otras partes de la planta.
El máximo responsable de la agencia nuclear de la ONU consideró "completamente inaceptable" poner en peligro la central y aseguró que dirigir cualquier proyectil allí es "jugar con fuego" y podría tener "consecuencias potencialmente catastróficas".
"Hago un llamado enérgico y urgente a todas las partes para que ejerzan la máxima moderación en las inmediaciones de esta importante instalación nuclear, con sus seis reactores", demandó. Grossi volvió a ofrecer que el OIEA lleve a cabo una misión de verificación sobre el terreno y así "evitar que la situación se salga aún más de control".