Las redes sociales se encendieron durante las últimas horas en Francia a favor de dos bañistas que, en las playas de Niza y Cannes, fueron obligadas por la Policía a quitarse el pañuelo que llevaban anudado a la cabeza o la túnica que les cubría los brazos.
Diarios británicos como el Daily Mail publicaron anoche imágenes de una mujer siendo controlada por cuatro policías municipales en una playa del Paseo de los Ingleses de Niza, donde a mediados de julio ocurrió un atentado terrorista que dejó más de 80 muertos.
La primera instantánea muestra a la mujer con un pañuelo turquesa y blanco que le cubría el pelo y una túnica del mismo color de manga larga, mientras que en la siguiente se la ve quitándose la túnica bajo la mirada de los agentes.
También ayer en Cannes unos policías multaron a Siam, una bañista de 34 años que llevaba "hiyab" y que hoy declaró a la cadena BFM TV que va a emprender acciones legales.
"No llevaba 'burkini', no llevaba burka, no iba desnuda. Considero que mi vestimenta era correcta", dijo la mujer.
Ambos incidentes han generado un aluvión de reacciones de internautas denunciando lo sucedido y mostrando su indignación en las redes, dado que el velo no está vetado en los espacios públicos y el actuar policial es "humillante" para las mujeres islámicas.
"Llegamos incluso a desvestir a mujeres en la playa. Son el hazmerreír del mundo", decía un comentario en Twitter de la activista Sihame Assbague retuiteado más de 12 mil veces.
Gobierno pide "no estigmatizar"
Niza y Cannes forman parte de una quincena de municipios de la Costa Azul que desde principios de mes han ido prohibiendo en sus playas públicas el uso del "burkini", bañador islámico que cubre completamente el cuerpo de la mujer.
A la espera de que el Consejo de Estado, máxima instancia administrativa gala, examine mañana la legalidad de los decretos municipales que vetan esa prenda, al menos 16 mujeres han sido multadas en total desde principios de semana, según BFM TV.
El Consejo Francés del Culto Musulmán pidió hoy una reunión urgente con el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, para abordar la cuestión. Tras la cita Cazeneuve pidió que los decretos contra el "burkini" y prendas que no respeten "las buenas costumbres y el laicismo" se apliquen con mesura y no deriven en una estigmatización.
"Los decretos no deben conducir a la estigmatización o a la división", dijo el ministro tras reunirse en París con Anouar Kbibech, presidente del Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM), quien señaló que las imágenes de Niza y Cannes eran "chocantes", porque ambas mujeres ni siquiera llevaban "burkini"-
Cazeneuve no quiso emitir juicios sobre lo sucedido, alegando que no lo presenció y no pretende avivar la polémica, pero sí dejó claro que las medidas que se apliquen deben ser "proporcionales" y estar dirigidas a evitar problemas de orden público.
Los riesgos de incomprensión, en sus palabras, se minimizarán si cada uno se ajusta a los principios de firmeza, proporcionalidad y fraternidad.
"Necesitamos musulmanes visibles en el espacio de la República para que defiendan con nosotros sus valores. Es la mejor respuesta a quienes quieren destruir la República y sus fundamentos a través de la violencia y la barbarie", apuntó Cazeneuve.