El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi fue condenado este lunes por el Tribunal de Milán a siete años de prisión y a inhabilitación perpetua para el ejercicio de un cargo público por el caso Ruby, en el que se le juzgaba por abuso de poder e incitación a la prostitución de menores.
Las juezas del tribunal que ha juzgado en primera instancia a Berlusconi desde abril de 2011 dictaron una condena para el ex primer ministro italiano superior a los 6 años de prisión que había solicitado la fiscal, Ilda Boccassini.
Ordenaron además la confiscación definitiva de los bienes incautados a Ruby destinados a cometer el delito.
Tras conocer la decisión de las tres juezas, Niccolò Ghedini, abogado del ex primer ministro, dijo no estar sorprendido por el sentido de la misma y anunció que recurrirán la condena, que no será efectiva hasta que no sea en firme.
"Es una condena que queda fuera de la realidad y de las actas procesales. El tribunal no ha tenido en cuenta la realidad", dijo Ghedini a la salida del Palacio de Justicia de Milán.
Para la Fiscalía, no existen dudas de que Berlusconi estaba al tanto de que Ruby era menor de edad cuando participó en sus fiestas y supuestamente mantuvo relaciones sexuales pagadas entre febrero y mayo de 2010, meses antes de que la joven, en noviembre de ese año, cumpliera los 18 años.
Según publicó este lunes el diario La Repubblica, Berlusconi reaccionará de dos maneras ante la condena: con apariciones televisivas en los próximos días en las que intentará demostrar su inocencia, pero también "metiendo presión" al Ejecutivo de coalición del que su partido, el Pueblo de la Libertad, forma parte.
Casos pendientes
Tras la sentencia, Berlusconi también tiene pendiente la resolución del Tribunal Supremo sobre su condena por fraude fiscal en el caso Mediaset a cuatro años de cárcel -que no tendría que cumplir porque se le quedarían en uno- y a cinco de inhabilitación en el ejercicio de cargos públicos que sí tendrá que cumplir.
Pero además, a finales de mes comenzará la audiencia preliminar del juicio por la supuesta compra en 2007 del senador Sergio De Gregorio para hacer caer al Gobierno de Romano Prodi.
También el ex primer ministro italiano tiene pendiente el juicio en apelación tras la condena a un año de cárcel por violación del secreto de sumario en la instrucción del caso Unipol, al publicar ilegalmente las escuchas telefónicas en el diario "Il Giornale", propiedad de su hermano Paolo.