El gobierno de Perú devolvió sin aprobar al Congreso una ley que prohibía el uso de la leche en polvo para la elaboración de algunos derivados y que había sido aprobada en junio pasado por el órgano legislativo.
La ley planteaba garantizar la elaboración de leche evaporada (lácteos en lata) "de calidad" producida en su totalidad con leche de vaca para beneficiar la producción lechera nacional, señaló el Legislativo al aprobar la norma.
No obstante, el Ejecutivo refutó que el uso de leche en polvo -que no se produce en el país- para elaborar leche evaporada no daña la producción de leche fresca: "Entre el 2009 y el 2015, la producción de leche fresca creció 21 por ciento", argumentó apelando a un crecimiento sostenido.
Además, el gobierno señaló que los productos que se venden como "leches vegetales" no inducen al consumidor al error, porque este "es consciente que el producto proviene de un producto vegetal".
El Ejecutivo consideró que la ley aprobada por el Congreso restringiría la comercialización e importación de leche en polvo, lo que podría ser considerada discriminación hacia el producto importado y justificó su decisión en que supuestamente atenta contra los acuerdos internacionales firmados para facilitar el comercio entre naciones.
Sin embargo, la Asociación de Ganaderos Lecheros del Perú (Agalep) replicó que la decisión es un "atentado" contra los consumidores y "una demostración" de que estos están "al final en la lista de prioridades de un presidente que cede y flaquea ante el chantaje y el lobby empresarial", puesto que sólo buscaría defender a la industria láctea "sin tomar ninguna acción frente a un problema que es de salud pública".
La ley fue aprobada en primera instancia por el Congreso peruano tras una crisis de reputación de la industria lechera originada por el pedido de las autoridades sanitarias de Panamá para que se cambie la etiqueta a Pura Vida, que era vendida como leche, a pesar de también contener otros ingredientes.