Pensamientos sobre los sindicatos
Les ofrecemos un resumen con las principales ideas extraídas de su libro Sindicalismo: Historia, Teoría y Práctica(1950)
Les ofrecemos un resumen con las principales ideas extraídas de su libro Sindicalismo: Historia, Teoría y Práctica(1950)
Los asalariados de los países más cultos del mundo han creído llegada la hora determinar su situación de proletarios. Para conseguirlo se han organizado en asociaciones sindicales (sindicatos), que reúnen hoy día más de cien millones de obreros. PROLETARIADO: ciudadanos, que careciendo de bienes propios, deben poner su trabajo al servicio ajeno bajo condiciones arbitrarias, a fin de ganar su pan. (Cfr. Enciclopedia Universal Herder 1945)
En la historia del sindicalismo, sobre todo en América Latina, hay sin duda muchas lagunas: Movimientos sindicales de importancia, son silenciados, no se consideran o se les pasa a llevar.
El Papa Benedicto XV (1914 a 1922) en carta que dirigió a un apóstol del sindicalismo, le decía, es fundamental facilitar la formación de sindicatos verdaderamente profesionales y animados del espíritu cristiano, que sirvan al mismo tiempo los intereses más sagrados de la clase obrera.
El sindicato debe ser una asociación estable unidos bajo la dirección de jefes que elegidos por sus mismos compañeros y escogidos libremente entre sus asociados. Los que forman parte de él son personas ligadas por el vínculo de un trabajo común.
El sindicalismo es una necesidad para el asalariado; los dones de la tierra son un don del creador para todos sus hombres, donde el obrero debe tener una participación más justa en esos bienes Si el obrero quiere asumir la parte de responsabilidad que le incumbe en la dirección del trabajo, en la reforma de las estructuras económicas de su país y del mundo; no tiene más que un camino: Unirse a sus compañeros de trabajo.
La redención del proletariado sólo puede realizarla el mismo proletariado.
Mediante la formación de auténticos sindicatos, el pueblo deja de ser masa informe e indefensa de individuos disgregados, para constituirse en grupos bien organizados y bien disciplinados que caminan a la defensa de sus intereses.
Con la vista fija en un mundo nuevo que encarne la idea de orden, que es equilibrio interior, los dirigentes encaminarán su acción a sustituir las actuales estructuras capitalistas inspiradas en la economía liberal por estructuras orientadas al bien común y basadas en una economía humana. Los patrones que quieren mejorar la suerte de sus obreros, pero por su cuenta, como un ejercicio de la caridad, pero que por nada del mundo acepta asociaciones de sus trabajadores que puedan tratar con ellos de igual a igual, que pueden hablar de justicia, porque: ¡Asociarse es ser revolucionario!. Este es un camino de lucha del obrero que coloca al patrón en una actitud de controversia o fomentando un sindicalismo amarillo, donde ellos son los dueños para ahogar un auténtico sindicalismo y de genuina extracción proletaria otorgando primas y favores a los que militen en SU sindicato; o simplemente amenazado de expulsión o represalias a todo aquel que persista en un sindicato auténtico.