Greenpeace insistió este miércoles que el megaproyecto Dominga, que contempla una mina a cielo abierto y construir un puerto de carga en el norte de Chile, cerca al archipiélago de Humboldt, amenaza un ecosistema único, y le recordó al Gobierno de Gabriel Boric que el futuro de esta área "está en su manos".
En un comunicado difundido este miércoles, coincidiendo con el Día Mundial de los Océanos, la división de la organización ambientalista Greenpeace en Sudamérica recordó que "nunca un proyecto tuvo tanto rechazo por parte de la sociedad civil como Minera Dominga", contra el que ya han firmado más de 100.000 personas.
El proyecto minero Dominga está previsto en la región de Coquimbo, donde se esconde una de las reservas de hierro y cobre más grandes de Chile, el primer productor cuprífero del mundo.
El proyecto de Dominga, una mina de la compañía chilena Iron Andes y que prevé una inversión de 2.500 millones de dólares para extraer minerales durante 22 años, ha avanzado tras una década de polémicas ambientales.
Además de dos rajos a cielo abierto, la iniciativa contempla la construcción de un puerto de carga a 30 kilómetros de una reserva nacional que contiene el 80 por ciento de la especie pingüinos de Humboldt y que centenares de científicos de todo el mundo llevan años tratando de preservar.
"Porque Dominga es un crimen contra el océano de nuestro país que no permitiremos que se lleve a cabo y todos y todas debemos ser enfáticos en decir 'No a Dominga', tal como lo hizo el presidente Gabriel Boric en su discurso de triunfo presidencial", señaló hoy Matías Asun, director en Greenpeace.
Asun recordó que, tras el rechazo por parte de la Sala Tercera de la Corte Suprema de Chile de los recursos interpuestos para detener el proyecto Dominga, el futuro del archipiélago "está en manos del Gobierno y su comité de ministros".
"Jamás en la historia de nuestro país, un proyecto minero tuvo tal nivel de rechazo en la sociedad civil, en el Gobierno, comunidades, científicos y organizaciones no gubernamentales", dijo.
"Son cientos de miles de voces contra Dominga. Esto es porque el proyecto, además de haber estado marcado por múltiples escándalos de corrupción que han tenido de protagonistas a las principales autoridades del país, también liquida el medioambiente costero y oceánico", subrayó.
UNA BIODIVERSIDAD ÚNICA EN RIESGO
El proyecto implicaría "deteriorar de modo irremediable una de las zonas más valiosas en vida marina de nuestro planeta y esa destrucción no es mitigable. Evitar esa masacre y consagrar la zona como un santuario de protección ambiental es lo correcto", agregó el directivo de Greenpeace sobre un conjunto de islas donde es posible ver ballenas azules, delfines, lobos de mar y un sinfín de aves, además de los citados pingüinos.
Su territorio terrestre representa, asimismo, la expresión más austral del desierto florido de Atacama, con cientos de especies de flora y fauna endémica.
Las ballenas, los pingüinos y los guanacos de la zona no tienen cómo "defenderse de estas operaciones corruptas contra el medioambiente, por eso somos las personas las que debemos dar esa voz para que el Gobierno los proteja, tal como indicó el Presidente Boric en sus promesas de campaña", insistió Asun.
"Estamos atentos a que nuevamente sean tan enfáticos en decir 'No a Dominga'. No solo el Presidente sino su comité de ministros. De hecho aún esperamos que el Servicio de Evaluación Ambiental responda formalmente las más de 100.000 solicitudes de invalidación enviadas y que está obligado a responder", destacó.
En su comunicado, Greenpeace también expresó su creciente preocupación por la constante contaminación de la industria salmonera en los mares patagónicos.