El Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile (INTA) confirmó que los alimentos altos en grasas y azúcares afectan el desarrollo cognitivo de los niños.
En una recopilación de estudios denominada "El Impacto de la Nutrición y la Actividad Física y la Función Cognitiva y el Rendimiento Académico", se demostró que la ingesta excesiva de carbohidratos refinados y ácidos grasos saturados se relaciona con un peor rendimiento académico en todos los grupos de edad, incluyendo niños y adolescentes.
Raquel Burrows, académica del INTA, planteó que "estos macronutrientes, que suelen ser parte de la dieta diaria de muchos niños, debilitan la plasticidad sináptica y la neurogénesis en estructuras fundamentales del cerebro, como el hipocampo y la corteza prefrontal medial, alterando los procesos de aprendizaje y memoria".
"Además, la exposición a alimentos de alta densidad energética reduce los niveles hipocampales del factor neurotrófico derivado del cerebro (FNDC), una proteína que es fundamental para la supervivencia, crecimiento y diferenciación de las neuronas", indicó.
"Estudios realizados en diversos países coinciden en que el impacto de una dieta no saludable sobre las habilidades cognitivas es acumulativo y se mantiene en el tiempo, confirmando que las prácticas alimentarias no saludables en los primeros 24 meses de la vida tienen una asociación positiva y duradera con el coeficiente intelectual evaluado en la niñez y la adolescencia", planteó Burrows.
En relación a Chile, estas investigaciones comprobaron que los menores que consumen alimentos poco saludables en la colación tienen un rendimiento más bajo en Matemáticas y Lenguaje, además de un peor resultado en las pruebas Simce.