Cercanos a las víctimas acusaron que la renovación de la iglesia se trancó.
El abogado Juan Carlos Claret afirmó que la visita de Francisco "dejó menos creyentes de los que había antes de su llegada" y calificó a la institución como "peligrosa".
La Conferencia Episcopal reconoció que la cifra fue "un 64 por ciento más de lo originalmente propuesto".
En cuanto a la participación, la Iglesia afirmó que 1,6 millones de personas asistieron a las actividades del pontífice y 900 mil personas lo siguieron por las calles.
Pontífice comentó las manifestaciones afirmando que "esto hizo que el lema de mi visita fuera aún más actual y vivo: 'Mi paz os doy'".
Así también dijo que "alenté el camino de la democracia chilena, como un espacio de encuentro solidario y capaz de incluir la diversidad".
El vocero de la organización, Juan Carlos Claret, aseguró que las palabras del pontífice son "increíbles".
Destacó que "reconoce que todo lo que estamos viviendo en Osorno es responsabilidad de él".
La pareja le explicó que intentaron casarse en 2010 pero que el terremoto derrumbó el templo que habían elegido.
"Estaban preparados y después de que hicieron el sacramento de la penitencia, los casé", contó Francisco.
"Sentir que el Papa les dice en su cara tráiganme una carta es una cachetada", agregó el pontífice.
Jorge Bergoglio también explicó por qué no aceptó la renuncia del obispo Barros.
José Miguel Vivanco, director para las Américas, cuestionó el respaldo al obispo Juan Barros en Chile.
También criticó que el pontífice no se reuniera con víctimas del fujimorismo que así lo pedían.
El sacerdote jesuita entregó su visión respecto al cuestionado obispo de Osorno tras la venida del papa.
"Él (Juan Barros) dice que no vio (los abusos del ex párroco del Bosque), me parece que es tan absolutamente inverosímil", sostuvo.
Transmiten el mensaje "si no puedes probar tus acusaciones, entonces no se te va a creer", señaló el presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores.
"No hay una sola prueba en contra. Todo es calumnia", dijo Francisco.
Diversas protestas se registraron en el país durante la presencia del obispo de Roma.
El martes, la jornada en que Fancisco presidió una misa masiva en el Parque O'Higgins, hubo cerca de 80 detenidos.
Uno de los representantes de los familiares de las víctimas intentó entregarle una carta a Francisco en Chile, sin embargo, fue detenido.
En esa misiva piden mejores condiciones humanas en las cárceles y que se busque culpables por la muerte de los 81.
Tras los polémicos dichos de Francisco, la ministra Paula Narváez enfatizó que no hay lugar a defensas institucionales.
El pontífice respaldó al obispo Juan Barros, quien es acusado de encubrir a Fernando Karadima.
El sumo pontífice aseguró que "no nos es lícito mirar para otro lado y dejar que tantas mujeres sean pisoteadas en su dignidad".
Además el jesuita enfatizó en que no hay que mirar la tierra como un bien económico, sino que "hay que disfrutarla".
"Es importante que si existe algún delito cometido por él hay que hacerlo saber", afirmó su presidente, Santiago Silva.
"Cuando se pensó en el traslado del obispo es evidente que el papa recibió una serie de informaciones sobre monseñor Barros", añadió.
