El jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Carlos Stott, explicó por qué el sonido de los fuegos artificiales podrían llegar a ser peligrosos.
Stott apuntó en Una Nueva Mañana que "el daño auditivo es un daño acumulativo", o sea que, los inconvenientes en los oídos se van sumando con el pasar de los años.
Entonces, es importante considerar que un sonido "sobre 85 decibeles puede causar daño y los decibeles de los fuegos artificiales pueden llegar a 125 a 135 decibeles, dependiendo de la distancia a la que uno está".
"Estamos hablando de sonidos que pueden llegar a alta intensidad y que en la noche de Año Nuevo pueden perfectamente durar 30 minutos. Ahora, si uno los ve a una cierta distancia, estamos hablando de dos, tres o cuatro cuadras, el sonido se ve bastante amortiguado", explicó
Por lo mismo, Stott explicó que "hay medidas muy sencillas que uno puede tomar. Lo primero es, evidentemente, mantener una cierta distancia. Y, lo segundo, si uno encuentra que el sonido es muy intenso puede ponerles a los niños o a las personas que tengan una cierta sensibilidad una mota del algodón en cada oído, que amortigüe como unos 15 decibeles y que es lo suficiente para prevenir un daño".