Programador construyó una "esposa" robótica a su medida

Aburrido de no tener tiempo ni éxito para las conquistas reales, el programador canadiense Lê Trung, de 33 años, decidió construir a su propia pareja: Aiko, una robot bien agraciada y con habilidades sorprendentes.

Su cuerpo es de silicona, su rostro es fino y sus cabellos, sedosos. Además, es buena para las matemáticas, habla dos idiomas, es una muy buena dueña de casa y siempre sirve a su feliz compañero y creador.

Aiko y Lê, una pareja poco convencional de carne y silicona.

La mujer robótica le lee los diarios a su "marido" y le da indicaciones cuando él maneja con rumbo incierto. Aiko no come, no duerme, no se queja y no tiene mamá, destaca un feliz Trung.

Durante los dos años de desarrollo en Aiko, Trung gastó cerca de 21 mil dólares, casi 14 millones de pesos invertidos en la silicona y en la tecnología de inteligencia artificial. La humanoide entiende y habla cerca de 13 mil frases distintas en inglés y japonés.

"Aiko es el resultado del encuentro de la belleza por parte de la ciencia", afirmó Trung al diario inglés The Sun. El programador aclaró que no ve a su creación como una pareja sexual, aunque su software podría adaptarse a ello y simular un orgasmo.

La piel de Aiko es sensible al tacto y reacciona, bien o mal, dependiendo del trato que reciba. Incluso, puede reaccionar a la defensiva si recibe alguna agresión.

Sobre cómo la sociedad tomara esta particular relación, Trung dijo al Daily Mail que "las personas tienen reacciones distintas cuando conocen a Aiko. Algunos la aman, otros la odian. Algunas personas se enojan y me acusan de jugar a ser Dios", finalizó.