Columna de Aldo Schiappacasse: Cuando Jon Snow jugó la final de Wimbledon
Revisa el artículo del comentarista de Al Aire Libre en Cooperativa.
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Roger Federer ganó Wimbledon por octava vez. Y comenzó la séptima temporada de Games of Thrones, una de las series de televisión más populares en el mundo. ¿Cuál es el punto de unión entre ambos fenómenos?
Lo hay, y se trata de Kit Harington, el actor británico que encarna al carismático y resucitado personaje de Jon Snow en la serie. Harington fue protagonista en el 2015 de una película también realizada por HBO que se llama “7 días en el Infierno” y que trata de un partido interminable sobre las canchas de pasto del tradicional torneo inglés.
En rigor se trata de un mockumentary, el género que crea un documental falso -o basado en hechos ficcionados- que narra el partido entre Charles Poole y Aaron Williams, quien fue encontrado en la calle y adoptado por Richard Williams, el papá de Serena y Venus. Cuando su carrera tenística despega, se hace amigo de Rod Stewart y David Cooperfield, que lo acompañan de farras. En la final de 1996, mata a un juez de línea de un pelotazo, huye del estadio empujando al príncipe Eduardo, y desaparece para siempre del circuito.
Charles Poole -el personaje interpretado por Jon Snow- es forzado a convertirse en tenista por su madre, y reconoce que su ídolo es Williams, quien a todo esto se ha dedicado a la fabricación de ropa interior en Suecia que provoca irritación en las ingles. Quebrado y perseguido, se dedica a la pornografía, hasta que el éxito de Poole lo empuja a volver.
El partido, para hacerla breve, dura siete días, interrumpido por la lluvia y por distintos hechos políticos, como la intervención de la Reina Isabel, que llama cada noche a los jugadores a sus habitaciones. También Williams descubre a su padre biológico, que resulta ser Engelbert Humperdink. Finalmente el partido comienza a definirse con la intervención de David Cooperfield.
Plagado de estrellas como John McEnroe, Chris Evert, Serena Williams y el mismo David Cooperfield, el mockumentary no hizo gran historia, pero fue muy comentado en las esferas del deporte. Allí, casi irreconocible, Jon Snow también resucita, para forzar la definición más larga de la historia.