Su santidad, el fútbol: Benedicto XVI fue demasiado lejos
"El fútbol es algo más que mera diversión", dijo Joseph Ratzinger.
"El fútbol es algo más que mera diversión", dijo Joseph Ratzinger.
Un papa fue comentarista deportivo. Con todas las de la ley. Se trata de Joseph Ratzinger, el papa Emérito, que aún late por Bayern Munich y que sigue con rigor los partidos de la selección alemana. Ratzinger ofició de comentarista en el Mundial de 1974. Tenía entonces 51 años y el 3 de junio de ese año publicó una columna titulada “El fútbol es algo más que mera diversión”.
Allí asegura que “el fútbol se ha convertido en un acontecimiento global, que une a los hombres de todo el mundo, por encima de todas las barreras, en un mismo estado interior, con sus esperanzas, miedos, pasiones y alegrías. Difícilmente, otro acontecimiento en la tierra logra un impacto parecido”.
El cardenal Ratzinger va aún más lejos asegurando que “el juego sería también una especie de anhelado retorno al paraíso, la salida de la seriedad esclavizadora de la cotidianidad y sus preocupaciones vitales, hacia la libre seriedad de aquello que no tiene que ser y por ello es hermoso”.
Alguna vez Franz Beckenbauer se juntó con el papa, ya convertido en Benedicto XVI, y dijo que habían hablado preferentemente de fútbol. “Uno de los momentos más emocionantes de mi vida”, dijo el defensa. Fue en el 2005, el año en que también invitó a Pelé. Un año más tarde, durante el Mundial, fue vox populi en el vaticano que Ratzinger seguía a su selección, y que se le vio muy deprimido después de la derrota ante Italia.
Obra del alemán es también la creación de la Clericus Cup, que anualmente enfrenta a equipos de seminaristas y sacerdotes de todo el mundo en el Vaticano, para consagrar a un campeón que, como suele decirse, está más cerca de Dios.