El presidente de Bolivia, Evo Morales, celebrará este 22 de enero 12 años de gobierno con la posibilidad de mantenerse en el poder en un nuevo intento electoral en 2019 ante temas irresueltos en el país andino como la Justicia y la sanidad pública, motivos de protesta en el último año.
El gobernante en esta fecha acostumbra a brindar al Congreso un informe de varias horas sobre la situación de la nación, para luego encabezar algunos festejos.
Los 12 años de Morales en el Gobierno se han caracterizado en materia política por la promulgación de la Constitución del país en 2009 y por lo que ha llamado la "revolución democrática y cultural", un proceso de inclusión social de los grupos desfavorecidos, como indígenas y mujeres, que ahora busca ampliar hasta el 2025 si es reelegido en 2019.
El abogado y analista político Gonzalo Mendieta dijo a EFE que la presidencia de Morales "ha roto un dique para bien, hacia una mayor igualdad en la sociedad boliviana, pero pese a ello no ha podido construir un nuevo orden".
Consideró que la pretensión de Morales y su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), de mantenerse en el poder ha hecho que afronte los problemas con una mirada a corto plazo y el uso de una "retórica feroz" contra sus detractores.
También, a su juicio, existe en Bolivia "una mayoría políticamente no articulada que se muestra descontenta con algunas decisiones del Gobierno", opuesta a la reelección de Morales, que ha manifestado su desacuerdo en "temas subsidiarios" como la Justicia y la sanidad.
No obstante, los colaboradores del presidente indígena han identificado a la estabilidad política y al crecimiento económico como los logros más importantes de su gestión, por lo que encuentran en ambos aspectos las razones para que la presencia del líder indigenista en el Gobierno se extienda.