Redadas del Departamento italiano de Seguridad Pública se enfocaron contra seguidores del islamismo que serán interrogados para luego determinar si se les enjuicia o expulsa del país.
Las autoridades italianas detuvieron este miércoles a un total de 174 personas en diversas ciudades del país durante una vasta operación de carácter preventivo contra el terrorismo islámico, confirmaron fuentes oficiales.
La operación, iniciada a primera hora de la jornada, incluyó más de 200 registros que afectaron a un total de 423 personas, indicó el Departamento italiano de Seguridad Pública.
La información que se obtenga a raíz de las detenciones servirá para determinar si se dan los requisitos para abrir procesos judiciales o acciones de carácter administrativo, como la expulsión de los implicados a los países de origen, agregó el departamento.
Las redadas fueron efectuadas por centenares de miembros de la Policía del Estado y de los Carabineros y se extendieron a casi todas las regiones italianas, incluida la isla de Sicilia.
Los controles fueron más intensos en Milán y sus alrededores, donde se concentra el mayor número de radicales islámicos, mientras que en Roma se realizaron una treintena de registros y en Nápoles la intervención se centró en un grupo de argelinos acusados con anterioridad de acciones subversivas.
La operación se puso en marcha en aplicación de la ley que prevé la búsqueda de armas y explosivos, que no obliga a solicitar previamente las correspondientes órdenes de registro por parte de la autoridad judicial.
Fuentes de la investigación indicaron que los registros domiciliarios y las posteriores detenciones se produjeron tras obtener pistas que apuntaban a la existencia de lazos de los implicados con el fundamentalismo islámico.
El ministro italiano del Interior, Giuseppe Pisanu, precisó que "se trata de una operación preparada desde hace tiempo, que confirma que Italia nunca ha bajado la guardia frente a la amenaza terrorista".
El ministro, que se encuentra en Bruselas para la reunión extraordinaria de titulares europeos de Interior, recalcó el "carácter preventivo" de la intervención y explicó que se centró en los ambientes "con riesgo" de ser caldo de cultivo de terroristas.
También recordó que tras los ataques del 11-S en Nueva York y Washington, Italia puso en marcha un dispositivo de seguridad que ha sido reforzado en varias ocasiones, la última tras los atentados de Londres.
Las detenciones se produjeron un día después que el propio Pisanu expusiera ante la Cámara de Diputados las medidas que prevé el Gobierno para combatir el terrorismo, que según el ministro "llama a las puertas de Italia".
Entre estas disposiciones está la mayor duración de las detenciones para garantizar las identificaciones, el arresto de los poseedores de documentos falsos y la expulsión por motivos de orden público.
También se prevé la utilización de más agentes de las fuerzas de seguridad para tareas de investigación y prevención, un mayor control de las mezquitas y los centros islámicos y el acceso sin restricciones a los bancos de datos telefónicos y telemáticos.
Se pretende asimismo modificar el artículo 270 bis del Código Penal, aprobado tras el 11-S, para hacerlo más operativo ante organizaciones como Al Qaeda, con estructuras jerárquicas difíciles de concretar.
Ese artículo se aplicó este miércoles por primera vez con el imán marroquí Mohamed Rafik, vinculado por Rabat a los atentados de Casablanca de mayo de 2003, que fue condenado por una jueza de Brescia (norte) a cuatro años y ocho meses de prisión. (EFE)
