La invasión de Rusia a territorio ucraniano no es en absoluto comparable con la de Estados Unidos en Irak, de la que este lunes se cumplen veinte años, según dijo en la ONU el embajador ruso, Vasili Nebenzia, al organizar un acto sobre aquel aniversario.
Nebenzia destacó que Estados Unidos "nunca pidió disculpas" ni reconoció que las razones para declarar esa guerra resultaron ser falsas -la supuesta posesión de armas de destrucción masiva por parte de Irak- y subrayó las diferencias que según él hay entre ambas invasiones, porque "su génesis fue distinta".
Y lo explicó así: "Irak está a miles de kilómetros de Estados Unidos y no suponía ninguna amenaza, como luego pudo verse", mientras que Ucrania, un país europeo fronterizo con Rusia, constituía "una amenaza real a la seguridad nacional rusa".
Además, destacó las consecuencias que la guerra de Irak trajo en forma de inestabilidad política en toda la región de Oriente Medio y, más allá, incluso en el nacimiento de la organización terrorista Estado Islámico, "de la que puede decirse que Estados Unidos es el padre".
Sin embargo, ninguno de los artífices de esa guerra -y citó a George W. Bush, John Bolton, Dick Cheney, Condoleezza Rice y hasta Joe Biden- pagó por aquellos hechos, pero sí se lo hicieron pagar a personas como Julian Assange, el periodista australiano que develó multitud de documentos secretos estadounidenses y que hoy espera su extradición a Estados Unidos.
POSIBLE NEGOCIACIÓN CON KIEV
Nebenzia, que en todo momento evitó la palabra "guerra" al hablar de Ucrania y habló de la "operación militar especial", no cerró la puerta a la negociación con el Gobierno de Volodímir Zelenski para acabar con esa operación, "siempre que los ucranianos sean realistas".
Preguntado por lo que significa "ser realistas" en ese caso, definió tres condiciones: "desmilitarización, desnazificación y estatus neutral de Ucrania... Cuando estén listos para discutirlos, entablaremos negociaciones que nunca rechazamos", dijo.