"Reitero ante esta asamblea nuestra voluntad y disposición para que Valparaíso, puerto histórico de América, Perla del Pacífico, sea sede la secretaría de este tratado (de Altamar)".
De esta manera el Presidente Gabriel Boric, durante su discurso en la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre pasado, dio cuenta de la intención del Gobierno de que Chile pueda ser sede del Acuerdo sobre la Conservación y Uso Sostenible de la Biodiversidad Marina más allá de la Jurisdicciones Nacionales (BBNJ, en inglés), también conocido como Tratado de Altamar.
Este acuerdo, que ya cuenta con más de 80 países firmantes, busca fortalecer el desarrollo de políticas para la conservación y sostenibilidad de la biodiversidad marina, por lo que -afirmaron desde el Ejecutivo- "es plenamente consistente con nuestra política exterior, que ha puesto una alta propiedad en los asuntos oceánicos".
"En ese sentido, es muy importante para un país como Chile convertirse en un actor relevante en la toma de decisiones en torno a este tratado de carácter global", destacó a El Mercurio Julio Cordano, jefe de la División de Medio Ambiente, Cambio Climático y Océanos de la Cancillería.
Según el análisis de Cordano, "Chile está trabajando en una propuesta minuciosa sobre la infraestructura y los servicios para la secretaría, con costos detallados para el país y para la organización", aunque, de todas maneras, es necesario destacar que "el acuerdo tiene sus propios mecanismos de financiamiento, establecidos en su texto y que comenzará a operar cuando entre en vigor".
En la búsqueda por esta secretaría Chile se enfrenta a Bélgica, que también anunció su interés, una disputa en la que nuestro país -según la opinión del funcionario- saca ventajas, sobre todo porque "Valparaíso ofrece algunos elementos únicos que pueden significar un mayor balance en la distribución geográfica de la gobernanza global de las Naciones Unidas, que actualmente está muy conectada en el norte".
Finalmente, destacó al medio antes citado que contar con la sede implicaría "mayor actividad, reuniones internacionales, servicios asociados y nuevos puestos de trabajo. La ciudad también experimentaría mayoir demanda por servicios de hotelería y gastronomía, lo que puede ser un importante incentivo para la inversión en infraestructura".
Aunque por ahora no hay nada formal, desde el Ejecutivo han adelantando que han recibido el apoyo de diversos países para quedarse con la sede.
OPCIÓN ES VISTA CON OPTIMISMO EN LA CIUDAD
La opción también fue valorada por el alcalde Jorge Sharp, quien afirmó que "Valparaíso tiene mucho que aportar, no solo con la marca ciudad, sino también por el conjunto de centros educaciones que se encuentran en la zona, la conexión intencional con otros países y economías que deben avanzar en el resguardo de los recurso existentes en el mar".
Para el jefe comunal, la instalación de una secretaría puede impulsar la construcción o recuperación de infraestructura en el puerto.
"El borde costero, principalmente en la zona de Barón, donde se encuentra el proyecto de parque, está la Bodega Simón Bolívar, que sería un lugar adecuado para que las oficinas de la posible secretaría se puedan instalarse", dio como ejemplo Sharp a El Mercurio.