De acuerdo a las primeras simulaciones, de no aplicarse cuarentenas por zonas específicas en la Región Metropolitana, los casos activos de Covid-19 superarían los 100 mil en el mes de junio, de acuerdo al trabajo de modelamiento que realizan académicos de la Universidad de Chile.
El equipo lo lidera Marcelo Olivares, académico del Departamento de Ingeniería Industrial, quien trabaja en el proyecto con el académico José Correa, los estudiantes Felipe Subiabre y Simón Maturana, el investigador Rodrigo Guerra y el ingeniero industrial Yerko Montenegro.
Los profesionales utilizaron como base el modelo matemático presentado por el Imperial College de Londres, que reemplazó la primera política sanitaria del Reino Unido, que había optado por una estrategia de mitigación e inmunización, mediante el contagio progresivo de ciertos grupos de la población.
En este escenario de 100 mil casos en junio -detalla Olivares- serían "más de cinco mil pacientes críticos, lo que sobrepasan la capacidad hospitalaria de Santiago".
Si hubiera cuarentena total en la región, en un mes los casos nuevos desaparecerían, y el total acumulado a junio sería de 9.000 contagios; pero "finalizada la restricción los casos volverían a aumentar exponencialmente".
Por ello, agrega el profesor Olivares, "la medida no sería sostenible en el tiempo" y la recomendación es mantener las cuarentenas focalizadas en la región "sosteniendo este lockdown en un 20 a 30 por ciento de la región, con cierres realizados conforme a las tasas de contagios".
"La gracia de la estrategia de cuarentena alternante entre zonas es que mantienes los casos activos en un nivel más o menos constante a nivel de ciudad. Y aunque es posible que una zona se vea sobrepasa de capacidad en algún momento, podría ser cubierta por otra zona", detalló.
"Creemos que una política de ese tipo, donde se van cerrando y abriendo las cuarentenas por zona, es efectiva en la medida que se mantenga de forma permanente el cierre de colegios y el distanciamiento social. Es decir, no hay actividades aglomeradas, se debe usar de mascarilla, continuar con el trabajo online todo lo que se pueda, etc.", resumió el académico.
El modelo usado se basa en simular el comportamiento de individuos y sus interacciones sociales a través del hogar, trabajo, colegio y conexiones en la comunidad, calibrando la probabilidad de contagio en los distintos tipos de interacción social, las cuales dependen del lugar de la interacción y la edad de éstos.