Un centenar de filipinos protestó por la muerte de Bin Laden en Manila
Un cordón policial les cortó el paso a la embajada de Estados Unidos.
Líder religioso aseguró que ahora cuentan con "la mejor estrategia para enunciar las doctrinas del Corán".
Un cordón policial les cortó el paso a la embajada de Estados Unidos.
Líder religioso aseguró que ahora cuentan con "la mejor estrategia para enunciar las doctrinas del Corán".
Alrededor de un centenar de musulmanes filipinos marcharon este viernes por el centro de Manila para condenar la muerte de Osama Bin Laden, ejecutado el pasado domingo por un comando estadounidense en Pakistán.
Al grito en árabe de "Alá es el más grande", los manifestantes partieron tras el rezo de los viernes y se acercaron a las inmediaciones de la Embajada estadounidense, donde un cordón policial les cortó el paso tras un breve forcejeo.
Sheikh Jamil Yahya, líder espiritual del consejo superior de ulemas del Bangsamoro (denominación del pueblo musulmán de Filipinas), aseguró que los pensamientos políticos de Bin Laden "son la mejor estrategia para enunciar las doctrinas del Corán".
Yahya afirmó que aunque para el resto del mundo Bin Laden es considerado como "la reencarnación del demonio", los musulmanes le reverenciarán como un mártir porque "si de verdad murió en Pakistán el 1 de mayo, lo hizo defendiendo la causa musulmana y la libertad".
El líder religioso denunció "la profanación del cadáver de Bin Laden" por parte del Gobierno de Estados Unidos y lamentó que "no hayan tenido la decencia de entregar los restos mortales a las autoridades pakistaníes o a algún miembro de su familia en Arabia Saudí".
Manifestación tranquilaDurante la marcha tampoco se produjo ningún acto violento, a pesar de la exaltación de algunos de los participantes, que no pararon de proferir gritos en contra de EEUU, al que acusan de terrorismo.
"No es justo que hayan matado a Bin Laden, sabemos que era un hombre bueno. No nos creemos que fuera el responsable de los atentados de Nueva York. No podemos juzgarle porque es nuestro hermano", comentó Mohamed Lowth, un joven manifestante de 16 años.
Filipinas reforzó esta semana la seguridad en algunos de los lugares más concurridos de su capital y en el sur del país, donde opera la guerrilla musulmana y el grupo terrorista Abu Sayyaf, vinculado a la Yemaa Islamiya, el brazo de Al Qaeda en el sudeste asiático.
El 80 por ciento de la población se declara católica en Filipinas, pero la religión musulmana es mayoritaria en algunas regiones del sur del país, donde ya había instaurado un sultanato cuando llegaron los colonos españoles.