El primer ministro islandés, Sigurdur Johannsson, anunció este domingo su dimisión tras no haber logrado mayoría en las elecciones legislativas celebradas el sábado.
"De acuerdo con la Constitución he presentado mi dimisión ante el presidente, Gudni Johannesson, que me pidió que siguiera en el cargo hasta la formación de un nuevo gobierno", dijo Johannsson.
Islandia entró esta jornada en una difícil fase de negociaciones políticas ya que ni una alianza de centro izquierda, encabezada por el Partido Pirata, ni la coalición gobernante de centro derecha tienen mayoría absoluta.
No obstante, la coalición de derecha entre el conservador Partido de la Independencia y el Partido Progresista podría mantener el poder en ese país con el apoyo de una nueva fuerza de centro.
La centroderecha suma 29 escaños contra 27 de la oposición, a falta de los resultados definitivos y escrutado más del 80 por ciento de las papeletas, con lo que aunque está perdiendo la mayoría absoluta lograda en 2013 -fijada en 32 parlamentarios-, seguiría gobernando si logra el apoyo de Reforma, quinta con siete escaños.
Reforma es una división pro UE del Partido de la Independencia y aunque ha mantenido una actitud ambigua en campaña, sin querer vincularse a ningún bloque, está más cercana ideológicamente a los conservadores del ministro de Finanzas, Bjarni Benediktsson, que recibirá previsiblemente el encargo de formar gobierno.
Su apoyo compensaría el hundimiento de los "progresistas", que pierden 13 puntos y 11 escaños, castigados por la vinculación del ex primer ministro Sigmundur David Gunnlaugsson con los "Panama Papers", que provocó su dimisión en abril y el adelanto electoral.