El gobierno de Irak afirmó que las críticas lanzadas por Arabia Saudí, respecto a que el actual conflicto iraquí es consecuencia de las políticas sectarias que practican las autoridades de Bagdad, son "una grave interferencia en los asuntos internos" del país y "un respaldo al terrorismo".
Además, a través de un comunicado, Irak pidió a Riyadh que se "interese en la situación interna de su país y cese sus políticas de marginación y exclusión" y advirtió que al calificar "a los terroristas (iraquíes) como revolucionarios en los medios de información saudíes, legalizan los crímenes terroristas".
Por último, el ejecutivo iraquí responsabilizó a Arabia Saudí "de la gravedad de lo que sucede en Irak", escenario de una insurgencia suní, liderada por el yihadista Estado Islámico de Irak.
Los rebeldes se han hecho con el control de varias zonas del norte del país, entre ellas Mosul -la segunda ciudad de Irak -, y amenazan con avanzar hasta Bagdad y los santuarios chiíes de Kerbala y Nayaf.
Este lunes, Riyadh instó a las autoridades de Irak a formar un gobierno de unidad nacional para poner fin al actual conflicto, del que acusó a las "políticas sectarias" del primer ministro iraquí, el chií Nuri al-Maliki.