Las evidencias de los beneficios e impacto que tiene en la alimentación de los niños la leche de la madre, se hacen aún más latentes esta semana que se conmemora en todo el mundo, a la lactancia materna, práctica que pese a sus evidentes beneficios, siempre ha estado en la mira por una serie de mitos a su alrededor.
Constanza Muñoz y Monserrat Toloza, académicas de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Católica del Maule, Sede Curicó, entregan un desglose de las ventajas alimentarias y del apego madre e hijo que tiene la lactancia materna, que debe ser idealmente hasta los seis meses de manera exclusiva y hasta los dos años, complementándolo con otro tipo de alimentos.
"En relación a las cualidades cualitativas y cuantitativas podemos destacar que la leche materna contiene menor cantidad de proteínas, lo cual cubre las necesidades del lactante sin producir una sobrecarga renal de nitrógeno. Además, contiene menor cantidad de caseína (proteína de la leche) lo que facilita al vaciamiento gástrico, permaneciendo menor tiempo en el estómago (1.5 horas Leche Materna v/s 4 horas Fórmula láctea; lo que está relacionado con alergias alimentarias, intolerancias y problemas de estreñimiento", advierte Constanza Muñoz.
A lo anterior, la nutricionista Monserrat Toloza agrega que los componentes bioactivos específicos de la leche materna, como moduladores del crecimiento, enzimas, hormonas y células (leucocitos) no se encuentran en fórmulas lácteas procesadas, de igual forma que algunos anticuerpos fundamentales como las inmunoglobulinas, las cuales mejoran el sistema inmunológico del lactante, previniendo así las tradicionales enfermedades respiratorias y gastrointestinales.
"La lactancia materna acelera la maduración de órganos digestivos y esfínteres lo que facilita el proceso digestivo evitando inmadurez del esfínter esofágico superior relacionado con el reflujo gastroesofágico", explica Toloza.
Favorece el apego y entrega vitaminas
Además, la leche materna contiene Hierro, Vitamina A (Betacaroteno) y la Vitamina E, que son totalmente insuficientes en una fórmula tradicional. En relación al Sodio posee menor cantidad que una fórmula láctea evitando la deshidratación, convulsiones y diarreas en el lactante.
Muñoz aseguró que las fórmulas lácteas tienen escasa cantidad de ácidos grasos poliinsaturados (Omega 3 y Omega 6) de gran importancia para el desarrollo del sistema nervioso central.
"Estos ácidos grasos están presentes la leche materna y contribuyen a un mejor desarrollo psicomotor y mejor capacidad de aprendizaje relacionado con el coeficiente intelectual", plantea.
Finalmente, los beneficios son muy superiores: "Favorece el apego temprano, la disminución progresiva del peso, sirve como método anticonceptivo para las madres y ayuda en la prevención del cáncer de mamas y cervicouterino", sentencia Constanza Muñoz.