Richard Branson, fundador del Grupo Virgin, y Elon Musk, director ejecutivo de SpaceX, escogieron la misma semana para anunciar que están invirtiendo en satélites con los que pretenden ofrecer internet a nivel global y a bajo costo.
Con ello suministrarían el servicio a más de la mitad de la población mundial que a día de hoy no tiene acceso a él.
El fundador del Grupo Virgin -que engloba la empresa para operar y comercializar vuelos espaciales Virgin Galactic, la aerolínea Virgin Atlantic Airways y la discográfica Virgin Music, entre otras compañías- fue el primero de los dos en dar la noticia.
El miércoles el multimillonario británico informó de que será uno de los inversores iniciales de la empresa OneWeb, que planea poner en órbita 648 pequeños satélites con ese fin.
Y Musk no tardó en hacer lo propio.
El que también fundara el servicio de pago Paypal ya había informado que la compañía de transporte espacial que dirige está desarrollando "microsatélites avanzados" que orbitarían la Tierra en grandes grupos.
Pero fue el viernes cuando hizo el anuncio delante de la prensa, durante la inauguración de la nueva oficina de la empresa en Seattle, Estados Unidos.
Según Musk, todos los empleados de esa oficina, entre 50 y 60 ingenieros, trabajarán en este último proyecto.
Y en dos o tres años el personal dedicado a ello alcanzará los mil.
Lo que se sabe y lo que no
A primera vista, ambos proyectos parecen similares.
Aunque, de momento, del que más detalles se tienen es del que apoya Virgin, OneWeb.
Según el director ejecutivo de esta empresa, Greg Wyler, el proyecto implica la construcción de 648 satélites, cada uno con un peso de unos 135 kilos, a diferencia de las toneladas que pesan los que hoy están en órbita.
Se construirán en una línea de ensamblaje y no uno por uno, como hasta ahora.
La señal emitida por estos la recibirán miles de receptores colocados a lo largo y ancho del mundo.
Y estos, a su vez, ofrecerán a los usuarios internet y también telefonía.
Wyler calcula que cada "microsatélite" costará US$135.000, y el proyecto en total unos US$10.000 millones.
Además, el Grupo Virgin no es el único inversor. También ha puesto su parte la compañía de telecomunicaciones estadounidense Qualcomm. Y aún buscan un tercero.
Mientras, Musk dijo que su proyecto costará unos US$10.000 millones y tardará cinco años en hacerse realidad.
El empresario no ha especificado la cantidad de "avanzados microsatélites" que planea construir y poner en órbita.
Y tampoco ha confirmado si Google será uno de los inversores de su proyecto.
Varios medios especializados, que señalan a fuentes cercanas a la empresa pero sin identificarlas, han informado que el gigante de servicios de internet está negociando una inversión de US$1.000 millones con Space Exploration Technologies Corp. (el nombre completo de SpaceX) para esta iniciativa en particular.
Es de sobra conocido el interés de Google en un servicio de red global. Para ello lanzó Project Loon, un proyecto basado en globos que emitirían la señal de internet desde la estratosfera.
Sin embargo, la compañía tampoco ha hecho comentarios sobre su posible inversión en el proyecto de Musk.
Gran mercado potencial
Sean cuales sean los detalles, ambos proyectos apuntan al mismo mercado: los cerca de 3.000 millones de potenciales usuarios que a día de hoy no tienen acceso a internet -son datos de la International Telecommunications Union de Naciones Unidas- y el mercado que esto supone.
Aunque los anuncios tienen otro tono.
"Virgin Galactic siempre planeó una línea espacial que trajera un cambio positivo al mundo, y tanto los vuelos espaciales comerciales y las constelaciones de satélites tienen el potencial de transformar vidas de una manera en la que ninguna otra compañía lo ha logrado aún", escribió Branson en su blog.
Con OneWeb "la gente que hoy no tiene acceso a la enseñanza podrá recibir educación (vía internet)", añadió.
"Y la gente que quiera crear empleos podrá desarrollar nuevos negocios en conexión con el resto del mundo".
La empresa explicó que, además de suministrar internet, los satélites trabajarán conjuntamente con operadores de telefonía, lo que permitirá que estos extiendan su cobertura a áreas rurales ahora remotas.
Asimismo, con esto aumentaría la rapidez de respuesta en situaciones de emergencia y ante desastres naturales.
Sobre el posible éxito de estos proyectos, sin embargo, los expertos están divididos.
"Es difícil hacer de esto un negocio exitoso", declaró al respecto Roger Rusch, consultor de la industria de satélites y presidente de TelAstra.
Por su parte, Giles Thorne, analista de telecomunicaciones del grupo de inversión estadounidense Jefferies, es cuanto menos "irresistible".