La ONU y la Unión Africana (UA) expresaron este domingo preocupación por la situación política, humanitaria y de seguridad en la región del Sahel en un comunicado conjunto sobre las conclusiones de su cumbre del pasado jueves en Adís Abeba (Etiopía).
El secretario general de la ONU, António Guterres, y el presidente de la Comisión (secretariado) de la UA, Moussa Faki Mahamat, reiteraron su compromiso de cooperación entre ambas organizaciones y repasaron los conflictos y procesos de transición de varias naciones.
Respecto al Sahel, se mostraron preocupados por los "recientes cambios de gobierno inconstitucionales" y por el "deterioro" de la situación humanitaria y de seguridad, así como "la creciente amenaza del terrorismo y el extremismo violento en la región".
Los diplomáticos subrayaron la importancia de abordar las condiciones de base que "conducen a la diseminación del terrorismo" y llamaron a una mayor cooperación entre los países del Sahel para luchar contra esta lacra, de acuerdo con la nota.
SEQUÍA Y CONFLICTOS
Asimismo, destacaron la "grave situación humanitaria" en el Cuerno de África y el Sahel derivada de la sequía y los conflictos, con consecuencias especialmente duras para las mujeres y las niñas, por lo que pidieron a la comunidad internacional ampliar sus esfuerzos.
En ese sentido, Guterres y Faki Mahamat aplaudieron la iniciativa de la UA para establecer un mecanismo para promover la inclusividad de las mujeres y los jóvenes en los procesos de transición política.
Entre otros puntos del continente, se refirieron al golpe de estado en Burkina Faso e instaron a las autoridades de transición "a trabajar por el restablecimiento del orden constitucional".
También a Chad, donde pidieron que avance el diálogo para una "rápida vuelta al orden constitucional", condenaron la respuesta a las protestas del 20 de octubre de este año y reclamaron una "investigación creíble".
El pasado jueves, tras celebrarse la sexta cumbre anual ONU-Unión Africana (UA), Guterres ya pidió "reformar la arquitectura de la deuda internacional" para permitir a los países en desarrollo invertir en mejorar sus servicios sociales.