La primera jornada de conversación entre ambas partes concluyó este lunes sin un resultado definitivo, luego de que el Ejecutivo se resistiera a una mayor rebaja en las gasolinas.
No obstante, avanzaron en varios temas y se volverán a reunir este martes, con el auspicio del presidente del Parlamento y la Iglesia católica.
Así lo señaló en un documento leído por el secretario jurídico de la Presidencia, Fabián Pozo, en la sesión virtual del pleno de la Asamblea Nacional convocada para tratar la petición de destituirlo.
"Es un acto de absoluta irresponsabilidad ya que ni siquiera cumple con la obligación mínima de informar a la ciudadanía las razones detrás de la activación de un proceso tan importante", expresó.
El Parlamento discutirá la solicitud promovida por un sector de la oposición afín al ex presidente Rafael Correa, pero a la que también mostró su simpatía el líder indígena Leonidas Iza, principal promotor de las manifestaciones.
El presidente, por su parte, acusó un intento de golpe de Estado y de "desestabilizar la democracia en el Ecuador", por lo que hizo un llamado a la comunidad internacional.
No comparten las mismas causas, pero sí similitudes: han sido promovidas por la Confederación Indígena y han acabado concentradas en Quito, con episodios violentos.
En el conflicto actual hay, de momento, cinco manifestantes muertos y varios centenares de heridos entre protestantes, policías y militares.
Organizaciones de derechos humanos apuntaron contra el actuar de la policía, a la que el Ejecutivo de Guillermo Lasso respaldó.
"Es una institución que protege derechos, no ataca, pero tiene que defender las libertades del resto", dijo el ministro del Interior, Patricio Carrillo.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae) denunció que la víctima sufrió un disparo a quemarropa y responsabilizó al gobierno.
La Policía negó tener responsabilidad al afirmar que la muerte se debió a la manipulación de un explosivo.
Luis Lara dvirtió que las Fuerzas Armadas "no permitirán que se intente romper el orden constitucional o cualquier acción contra la democracia y de las leyes de la república".
Este martes, han aumentado las protestas con el corte de varias carreteras en el país, mientras en la capital ecuatoriana aumentan los bloqueos en las vías.
Las movilizaciones indígenas desafían el estado de excepción decretado por el presidente, en medio de una crisis por el alto costo de la vida.
En el periodo se han registrado 61 personas heridas -cinco de ellas con daños oculares-, de las que se responsabiliza directamente a la fuerza estatal.
El mandatario había anunciado el congelamiento de estos, lo que fue calificado como un "engaño" por la Confederación de Nacionalidades Indígenas.
"Nos declaramos en resistencia", anunció Leonidas Iza, líder de la organización, quien también exigió la derogación de decretos que facilitan actividades extractivistas.
Los manifestantes inicialmente se habían negado a conversar si no se derogaba el decreto que eliminó los subsidios a los combustible.
Pero, según explicaron, tras una consulta ciudadana aceptaron negociar.
Mandatario boliviano ratificó su respaldo a Rafael Correa ante protestas.
Acusó a Estados Unidos y a la "derecha internacional" de promover golpes de Estado.
Expresó: "Que nos digan cómo" ya que si fuese sólo elaborar un decreto "se lo firmo ahorita mismo".
El mandatario dijo que es un tema muy complejo ya que para algunos pueblos indígenas la venganza "es normal".
Uno de sus líderes declaró el fin del proceso de diálogo y acercamiento.
Convocaron a todos los sectores sociales a articularse y a movilizarse.
En la cita participaron cerca de 30 representantes de las comunidades autóctonas.
También estuvieron presentes ministros del Gobierno de Rafael Correa.
