El escritor y diplomático Jorge Edwards, Premio Cervantes, confiesa en Segovia (centro) que mantiene una intensa actividad literaria, aparte de su trabajo como embajador de Chile en Francia, subrayando que, "mientras haya escritura y lectura, hay vida".
Antes de participar en el Hay Festival en un homenaje al escritor chileno Roberto Bolaño, en el décimo aniversario de su muerte, el autor de "El origen del mundo", que se autodefine como el "último afrancesado que queda", recurre al dicho francés de que "la lectura es el único vicio sin castigo".
Edwards, de 82 años, también Premio Nacional de Literatura, habla de Roberto Bolaño como casi un maldito, un "outsider", un marginal, que terminó estando en el centro de las cosas y se convirtió en un escritor universal, leído en todo el mundo.
El lunes, en conversación con el escritor Fernando Iwasaki, Edwards presentará en España su nuevo libro, "El descubrimiento de la pintura" (Lumen), concebido como una novela "más bien breve" y un "cabo suelto" de sus memorias.
Por un momento, dice con cierta placidez, ha salido de las labores de una embajada, "donde siempre pasa algo, más bien pesada, para cambiar de tema, hablar de libros, de un amigo como Bolaño y de literatura".
El chileno habla de su nuevo libro, la historia de un pintor, del hilo perdido de sus memorias "Los círculos morados", un nombre que surgió en las noches de tabernas miserables en Chile, junto a otros jóvenes poetas, donde en las esquinas llovían cuchilladas.
Como esos pintores de domingo que había en el antiguo Chile, relata Edwards, "excéntrico, interesante, que tenía un verdadero talento, pero que no conoce la pintura, porque allí no puede ver a Velázquez o Rembrandt, y al final, por una casualidad, pudo conocerla y dejó de pintar para siempre".
El autor, sonriendo, resume su reciente novela: "Es una obra irónica y algo cruel".
Mientras, se muestra convencido de que "nunca desaparecerá" el amante de los libros, a quien le gusta incluso el olor de la tinta de sus páginas, reconociendo que la lectura siempre ha sido minoritaria.
A su juicio, "siempre ha sido la afición y el gusto de una minoría, rara vez ha sido masivo, Bolaño vendía 300 ejemplares, aunque hoy sea muy seguido".
De ahí que añada una fórmula para seguir manteniendo el oficio de escritor en tiempos de internet: "Hay que tener paciencia, sabiduría y aguante".
El homenaje a Bolaño
Junto con el director de Programación de Acción Cultural Española (AC/E), Miguel Albero, Edwards ha inaugurado un ciclo en homenaje a Bolaño en el seno del Hay Festival de la literatura y las artes, en colaboración con esta organización.
El escritor ha "hablado desordenadamente" del contexto chileno de Bolaño, hoy uno de grandes autores hispanoamericanos del siglo XX, antes de salir a México, muy joven, en los años cincuenta del siglo pasado, y luego cuando vivió cerca de Barcelona.
La clave de la escritura de Bolaño, a juicio de su amigo Edwards, es la influencia del fuerte surrealismo en la prosa de algunos poetas y escritores de vanguardia, en un momento en que lo que se escribía en Chile era muy "regionalista", en su opinión.
Para Edwards, Bolaño encontró conexión con el mundo del surrealismo francés en los años setenta, cuando él mismo era ministro consejero de la embajada en París, de la que era titular Pablo Neruda.
Bolaño, continuó Edwards, comenzó a ser conocido por la poesía, pero luego pasó a la novela, de repente, siendo también un gran lector, apasionado y maniático de la lectura, insistió el escritor chileno, lo que luego se manifiesta en su obra.
Edwards citó como ejemplo una obra de Bolaño, "Nocturno de Chile", de la que ha dicho que es "un extraño monólogo, a veces incoherente, pero que tiene más realidad de la que parece".
AC/E y el Hay Festival de Segovia continuarán con el homenaje a Roberto Bolaño con varias lecturas en las que participarán periodistas, poetas y novelistas que, además, recordarán su trayectoria vital y literaria.