Pasado el mediodía del domingo en Buenos Aires, el gran clásico del fútbol argentino y mundial separaba a millones de apasionados. Después, sin pausa, los que se miraban de reojo sacaron la camiseta de los "Pumas" del seleccionado de rugby. Guardaron las de River y Boca, y en menos de cinco minutos todos estaban siguiendo el match frente a Escocia.